Si cuando llegas de trabajar tus pies te piden "socorro", dales un baño caliente con sal, bicarbonato y unas gotas de a.e. de lavanda. Verás como se relajan. Para completarlo termina el baño con una ducha de agua fría que recorra tus piernas desde los pies hasta la rodilla y conseguiremos mejorar la circulación, evitando así la pesadez de piernas.
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